Bernardo Canga
Con el mapa de los Picos en la palma de su mano
DANI BUSTO
De todos los nombres del santoral, sus padres lo tuvieron bien claro: le llamarían Bernardo, como San Bernardo de Menthón, patrono de los montañeros. Ya desde la cuna Bernardo Canga (Gijón, 1949) iba a estar ligado, de manera inconsciente, a la naturaleza y a las actividades al aire libre. Primero como aficionado y después como voluntario de Protección Civil durante 23 años. Canga es además el autor de 21 libros vinculados al senderismo y al Parque Nacional de los Picos de Europa.
A los cuatro años ascendió por primera vez al Pico del Sol de la mano de sus padres, Pío Canga y María Luisa Meana. Desde entonces formó parte de la Agrupación Montañera Astur Torrecerredo y no ha dejado de acumular grandes vivencias.
Aunque la montaña también le dio algún susto, como el que sufrió con catorce años durante una excursión con el colegio Inmaculada por el Naranjo de Bulnes. «Atravesaba una zona helada y me caí por un reguero, unos cien metros, y llegué a perder el conocimiento», recuerda Bernardo Canga, que fue rescatado por sus ‘ángeles de la guarda’: Juan Delgado y Juan Torío.
Pese a todo, aquello no le quitó su afición por la montaña, que se incrementó con el paso de los años. Tampoco le frenó un accidente en un taller familiar, donde perdió dos dedos del pie derecho. No le permitieron hacer el servicio militar e incluso los más agoreros le pronosticaron que se quedaría cojo cuando tuviese 40 años. Nada le frenó, y solo en la actualidad es cuando ha comenzado a acompañarse de un bastón en sus caminatas.
Pero desde mucho tiempo antes, Bernardo Canga ha tenido un apoyo importante, clave en su vida. Conoció a Carmen Piñán en 1969 y desde entonces han sido una pareja inseparable: ella le condujo por el camino de la férrea defensa de la naturaleza, una lucha que le ha llevado en varias ocasiones a Bruselas, donde ya ha presentado sus estudios sobre el Parque Nacional.
Desde 1973 ha colaborado con distintas publicaciones, entre ellas EL COMERCIO. Canga fue guía de numerosas excursiones organizadas por este diario, y también condujo por las rutas y sendas de los Picos de Europa a gran cantidad de representantes políticos: los expresidentes del Principado Francisco Álvarez Cascos y Vicente Álvarez Areces, así como los alcaldes de los concejos asturianos y de los municipios de Cantabria y León.
Dónde nació
En Gijón, el 2 de febrero de 1949, concretamente en el edificio conocido popularmente como ‘La Gota de Leche’, como tantos otros niños de la época. Actualmente reside en Gijón
A qué se dedica
Trabaja para la Consejería de Educación en la Universidad Laboral
Los Picos en una frase
«Es el sitio más grandioso de Asturias, por belleza, fauna, paisaje, medio ambiente y por calidad de vida, porque no hay polución y porque está la cumbre más alta: el Torrecerredo»
Canga, ingeniero industrial, decidió encaminar su vida profesional por la vía de la docencia. Como profesor en la Universidad Laboral participó en los primeros y llamativos simulacros de evacuación que se realizaron en la región. «Eran la repanocha, con tres helicópteros, fuego real y tres mil alumnos evacuados», rememora.
Pero su verdadera pasión es la montaña y especialmente las de los Picos de Europa, «el sitio más grandioso de Asturias por belleza, fauna, paisaje, medio ambiente y calidad de vida».